martes, 29 de julio de 2025

Concilios, fueros y reyes

Hace cinco meses publicaba un artículo sobre lo que un servidor considera una visión caduca y arcaica del leonesismo clásico. Y, como es evidente, esa pequeña reflexión se me quedó demasiado corta. Hoy quiero ahondar un poco más en una cuestión que desde hace tiempo me escama cada vez más. No escasean precisamente artículos en la provincia de León que hablen sobre la autonomía de la región (o pidan exclusivamente la provincial) desde un sinfín de perspectivas, fundamentando este derecho en una amplia diversidad de argumentos.

Para aquellas personas ajenas a esta realidad, han de saber que una considerable parte de la población leonesa lleva décadas exigiendo la autonomía que se nos negó en su momento, basándose principalmente en el artículo 2 de la Constitución Española, que viene a decir que "garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran". Con la creación de la comunidad de Castilla y León se negó no solo a una, sino a dos regiones, la posibilidad de conformar su propia Comunidad Autónoma. Ahora bien, ¿cómo son esas nacionalidades históricas? ¿Hasta dónde llega ese conflicto por redefinir lo que es, o debería ser, una comunidad leonesa? ¿Qué otros fundamentos se utilizan habitualmente para exigir este derecho?

Esta es la guinda del pastel que mencionaba al principio, y probablemente me ponga a mucha gente en contra por esto. Estoy cansado de ver cómo la gente utiliza mapas históricos a conveniencia en función del modelo territorial que defienden, cartografías que van variando a lo largo de los siglos para justificar un sistema que en pleno siglo XXI poco sentido tiene crear en base a unos criterios que ya no existen. "León debe ser así porque en este mapa del siglo XII era tal", en contraposición a "León en el siglo XV estaba a merced de la Corona de Castilla, ese mapa no me gusta", y así guerras interminables para justificar la nada más absoluta, hablando de una autonomía administrativa y política pero queriendo fundamentarla con unas bases feudales e imperialistas. La historia es la que es, y a no ser que tengan una máquina del tiempo ya no van a poder cambiarla. Es evidente que debemos aprender de ella y no olvidarnos de la relevancia de determinados territorios, pero eso no significa que cada vez que hablemos de una Comunidad Autónoma actual tengamos que echar la vista siglos atrás para debatir si es más legítimo o menos.

Con esto quiero decir que es completamente inútil perder el tiempo con concilios, fueros y reyes para hablar de la creación de algo que existe desde hace menos de medio siglo. Vivimos en una democracia, que no es precisamente muy sólida ni ha dejado atrás aún los restos de una reciente dictadura, pero me parece más importante reclamar que la voz de los pueblos sea escuchada y la verdadera protagonista de la autodeterminación de esos territorios. Las bases históricas de poco sirven si no se acompañan en mayor medida de argumentos sociales, políticos y económicos que sustenten (y en el caso de León bien lo hacen) esta lucha. Hemos demostrado con creces tener artillería de sobra para defender una causa que ni los años ni el centralismo han podido acallar. Yo creo que ya es hora de desprenderse un poco del pasado y mirar más hacia el futuro, porque tiempo precisamente no nos sobra si queremos cambiar de una vez la situación tan alarmante que sufrimos.


martes, 22 de julio de 2025

El inmigrante de Schrödinger

Hoy escribo con hartazgo de un tema que, inocente de mí, creí que habríamos superado como sociedad. Pero por alguna razón la historia se repite cíclicamente y por desgracia siempre sacude con más fuerza al mismo tipo de personas, que sufren un odio desmedido y completamente deleznable por culpa del auge de unos discursos carentes de sentido, humanidad y razón.

En España actualmente el 14% de la población tiene nacionalidad extranjera, alrededor de 7 millones de personas. Una cifra que, a pesar de que algunos utilicen como alarmante, no dista de la de otros países de nuestro entorno. También hay que tener en cuenta que hay 3 millones de españoles residiendo en el extranjero actualmente. La procedencia de todas estas personas es muy diversa, y a pesar de que vuestro youtuber de confianza os hable de invasión, lo cierto es que los inmigrantes que llegan a España desde África (que son de los que más se queja el partido del brazo en alto) representan menos de un 20%. Más de un tercio de los inmigrantes procede de América del Sur, por lo que cualquier mito sobre que vamos a perder nuestras costumbres y el uso del castellano es completamente falso si tenemos en cuenta que la inmensa mayoría de estas personas ya habla nuestro mismo idioma.

Pero tu cuñado no está de acuerdo con esto, porque él se siente muy europeo y cree que estamos por encima de toda esa población latinoamericana (y brasileña). No se preocupe, Raimundo, que alrededor del 25% de los inmigrantes que residen en España provienen de diversos países del continente europeo, aunque dudo que se entienda con ellos si no sabe hablar francés, inglés o alemán. El resto de personas que residen en España con nacionalidad extranjera proviene de América central y del norte, de Asia y de Oceanía. En definitiva, que al igual que nuestros más de tres millones de compatriotas residen en otros países, en España hay una muy variada mezcla de personas y culturas.

¿A qué viene esta gente? Bueno, pues según el youtuber, el cuñado y ese partido cuyo color corporativo es el mismo que el de los malvados de Disney, vienen a quitarte el trabajo y a vivir de las paguitas. Como el gato de Schrödinger, que está en una caja vivo y muerto al mismo tiempo. Porque la gente cuya ideología se basa en el populismo racista y xenófobo va variando el discurso sobre las personas inmigrantes según le convenga en ese momento. Y es que, como con todo en la vida, de nada sirve generalizar, y es absurdo extrapolar datos teniendo una muestra de información muy similar y reducida. Por eso no tiene sentido acusar a todos los inmigrantes de lo que unos pocos hagan, cuando no hacemos lo mismo con otros grupos de población. En España el 90% de los agresores sexuales son hombres y no por ello se organizan cacerías colectivas contra todos ellos.

Es curioso y alarmante al mismo tiempo cómo a medida que disminuye el sentimiento de colectivismo para luchar por causas y derechos sociales, aumenta el odio hacia colectivos de personas, y no se centran en castigar y corregir los delitos de forma individualizada. Es malo afiliarse a un sindicato y hacer una huelga para luchar por tus derechos laborales y al mismo tiempo es bueno decir que todos los inmigrantes son criminales porque yo conozco a uno que lo es.

No quiero acabar este artículo sin mencionar la aporofobia, que es el rechazo hacia las personas vulnerables en situación de pobreza. Porque el inmigrante que molesta no es el que viene a repartir millones comprando clubes de fútbol y cambiando el nombre a los estadios (eso, por lo que sea, pasa desapercibido), molesta el pobre, el de clase obrera. Que un empresario, tanto extranjero como nacional, que gestiona fondos buitre y especula con cientos de viviendas roba más que todos los inmigrantes en situación de pobreza, pero es más fácil negar la realidad y echar la culpa a los más débiles que no cuentan con herramientas suficientes para poder defenderse.

Llaman invasión a un aumento de la inmigración (a pesar de que disminuyó durante los años de la crisis), pero luego son incapaces de reconocer las masacres que los países europeos cometieron en América y África, colonizando regiones y obligando a su población a someterse a lo que los colonos europeos llamaban civilización. Que aún a día de hoy se financian con dinero europeo y estadounidense las guerras civiles que están obligando a emigrar a esa población en continentes como África, porque el dinero de la venta de armas vale más que cualquier atisbo de humanidad.

Espero que algún día la razón y la defensa de los derechos humanos tengan más cabida en los medios de comunicación y en las conciencias de la gente que los discursos de odio basados en el populismo barato heredado de otros tiempos. Mientras tanto aquí seguiremos unas cuantas personas más haciendo todo lo posible por evitar que la historia se vuelva a repetir.


martes, 8 de julio de 2025

Ser de pueblo sale caro

Nací un día de invierno en el que, según mi madre, hacía calor. Algo inusual en León para ser principios de febrero. Esto ocurrió en 1998, cuando mi pueblo, Boñar, tenía 2.621 habitantes. El año pasado esa cifra alcanzó los 1.766, un 32,62% menos. Por desgracia en provincias como la mía esto es la norma y no la excepción, decenas de pueblos pierden población cada año debido a múltiples factores como la falta de empleo estable o la escasez de servicios.

A menudo la gente dice que vivir en un pueblo es más barato, que las casas son mucho más asequibles y todo está mejor de precio. Y en parte tienen razón, pero evidentemente lo barato sale caro. Si quieres vivir en un pueblo tienes que tener un coche, teniendo en cuenta el coste no solo de adquirirlo, si no de mantenerlo y repostarlo a menudo. Porque quizá algún pueblo se salve, pero en la mayoría o no hay transporte público o el que queda es muy deficitario. También es muy probable que trabajes en otro lugar, por lo que los desplazamientos serán continuos, y en muchos de ellos tampoco hay tiendas, bancos, farmacias o centro de salud, así que el coche se convertirá en tu mayor aliado.

En caso de teletrabajar asegúrate de poner potentes repetidores que den señal en tu casa, porque a pesar de estar en 2025 muchas zonas rurales siguen teniendo graves problemas de cobertura móvil e internet, y muchas averías tardan en arreglarse. Buscar la paz y la desconexión queda muy bien para presumir en instagram de tu retiro espiritual, pero la gente que vive en esos lugares necesita hacer gestiones online para evitar tener que desplazarse decenas de kilómetros hasta la oficina más cercana. 

Si tienes hijos más te vale ahorrar para que puedan no solo estudiar en el instituto, si no acceder a estudios superiores como FP o la universidad. Esto es algo que siempre envidié de la gente que vive en la ciudad, el hecho de poder ir a la facultad sin tener que mudarse y pagar un alquiler a mayores. Afortunadamente hay becas para ello, pero si siguen siendo como cuando yo estudiaba no cubren ni el alquiler completo de una habitación enana en un piso compartido que lleva sin reformarse desde los años 70.

La ciudad es cara y a veces hostil, no seré yo quien lo niegue. Pero en ella hay tiendas, farmacias, centro de salud, hospital, oficina de correos, oficinas de las sedes de la administración del Estado, autobuses, trenes, más oferta de empleo que en las zonas rurales, y en muchas de ellas universidad y varios centros de formación profesional. Servicios públicos que muchas veces se sufragan con dinero de todos los contribuyentes, porque aunque algunos no lo crean los habitantes de las zonas rurales también pagan impuestos.

Con esto no quiero decir que una cosa sea mejor que otra, pero estoy cansado de que se romantice el pueblo y solo se hable de lo bueno cuando muchas veces hay gente que con todo el dolor de su corazón se tiene que ir por falta de oportunidades y de servicios. Que las casas sean baratas en el pueblo es lo mínimo que se merece esa gente que cada día tiene que luchar por evitar que un servicio más se elimine por completo de su municipio e incluso de su comarca. Así que la próxima vez que penséis en los pueblos hacedlo de una forma reivindicativa, e intentad uniros a la lucha de estos lugares por no ser olvidados por las instituciones públicas. Porque cualquier vecina, tenga los habitantes que tenga su pueblo, merece tener una vida digna y estable.


martes, 1 de julio de 2025

Santos y cerdos

Últimamente la política nacional me está dando demasiada pereza, y eso que estoy inmerso en un partido político, no quiero imaginarme lo tediosa que tiene que ser la situación para la gente que tiene mucho menos interés aún por la política. Para sorpresa de nadie ha saltado otro caso de corrupción, esta vez en el seno del PSOE, el Partido Popular necesitaba un respiro después de tanta trama y no querían acaparar toda la atención de los juzgados. El caso es que volvemos al mismo tema de siempre, un puñado de gente con poder y contactos se apropia de dinero de los contribuyentes para hacerse más asquerosamente ricos y miserables, y por el camino no faltan las vomitivas y despectivas mordidas utilizadas para que esos señores abusen de mujeres por dinero, no vaya a ser que la corrupción no sea misógina.

Y es que, para sorpresa de nadie otra vez, la mayoría de estos casos están encabezados por señores. No digo que no haya mujeres que no estén implicadas en tramas de corrupción, pero estadística en mano podemos afirmar que son una minoría en comparación. Más allá de las siglas de los partidos, o su supuesta ideología, estos criminales utilizan su poder para aprovecharse de los demás, y darse alguna que otra juerga que por desgracia consiste en acudir a la prostitución en busca de diversión.

Desde pequeños nos enseñan que la corrupción es lo que ocurre cuando un político roba, pero sinceramente para mi en estos casos el dinero es lo de menos. El poder es una de las drogas más peligrosas y dañinas que existen, por eso considero que para que una democracia funcione bien una de las cosas que debe haber es regeneración política, que no ostenten el poder siempre las mismas personas. Las tramas de corrupción no son solo políticas, también son judiciales, policiales, periodísticas... Cualquier serie de ficción que hayáis visto al respecto seguramente se quede corta comparada con la realidad.

A lo que voy es a que el fin de la corrupción no es simplemente robar dinero, eso lo puede hacer cualquiera. Estas personas van más allá, y si no que se lo digan a las personas vinculadas con tramas del PP que durante estos años han fallecido en "extrañas circunstancias." Por eso me repatea enormemente cuando la gente dice "es que todos los políticos son iguales." No, no lo son. Pero casualmente a los que más votáis sí, que el bipartidismo lleva usando el poder para su propio beneficio desde el régimen del 78, pero no hay manera de que dejéis de apoyarles. Precisamente uno de los mayores problemas de la corrupción es que jamás hubo ruptura judicial, policial ni política con la dictadura, pasamos de un día para otro a una "democracia" con los mismos jueces, policías, militares y políticos, jamás hemos tenido una regeneración democrática que luche abiertamente contra la corrupción en todos los ámbitos.

Así que no, no todos los políticos son iguales, pero el sistema que encubre a los que son peores por desgracia no ha cambiado mucho. La política está embarrada porque a toda esta gente le beneficia más hacer barro entre ellos que trabajar por la ciudadanía. De nada sirve que el PP y el PSOE jueguen sucio al "y tú más" mientras otras personas trabajan de verdad dentro de la política aguantando el "todos lo son, todos roban." Cuánto mejor nos iría si se pusiera el foco en esos políticos que sí trabajan, que cada uno de sus actos va encaminado a mejorar la vida de la gente, a escuchar y hacer cosas que beneficien a una mayoría. La corrupción por desgracia seguirá ahí mientras seamos incapaces de plantarle cara y de poner el foco donde debería estar.