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El queer de la cuestión

Detrás de cada nombre hay una historia, detrás de cada sigla hay miles de ellas que merecen ser contadas. Quizá para la mayoría de personas que banalizan con este tema una letra no significa nada, pero la Q es mucho más que la decimoséptima letra del alfabeto latino. Hace a penas tres días se aprobó una enmienda en el 41º congreso federal del PSOE para que el partido utilice las siglas LGTBI cada vez que quiera referirse al colectivo LGTBIQ+ (es decir, sin la Q y el +). Esta propuesta entra dentro de las peticiones de algunos grupos internos del partido que consideran que parte del colectivo, y en especial la gente queer, atenta contra los derechos de las mujeres. De hecho algunas de ellas lo han celebrado eufóricas como un avance, alegrándose del retroceso que supone para la visibilidad de miles de personas del colectivo LGTBIQ+. 

Pero, ¿qué significa ser queer? ¿Por qué tanto revuelo por una simple letra? Es un término que antaño se utilizaba de forma peyorativa para describir a los homosexuales como algo raro y extraño. Con el tiempo el colectivo se apropió de esa palabra para actualmente utilizarla como paraguas en el que se integran todas aquellas personas cuya identidad no se engloba dentro de los estrechos márgenes establecidos de género, como por ejemplo las personas no binarias. Recordemos que hasta hace no mucho tiempo ni si quiera se tenían en cuenta las siglas LTBI, y se englobaba todo tras la palabra homosexualidad o gay (el hombre delante para que no se espante). Afortunadamente y tras muchos años de lucha reivindicativa se ha empezado a hablar más de las personas bisexuales, lesbianas, trans e intersexuales, que a menudo son invisibilizadas incluso dentro del propio colectivo.

Ha costado mucho tiempo y sacrificio poner sobre la mesa la realidad de miles de personas y romper con las normas establecidas del binarismo y la existencia de una única forma de expresión del género y la orientación sexual. Las etiquetas importan, y el paraguas queer engloba a muchísima gente que hasta hace no mucho tiempo vivía con miedo de expresarse libremente tal como es. La visibilidad salva vidas, y permite a muchas personas seguir adelante sabiendo que no están solas. No existe ningún complot contra las mujeres y sus derechos, lo único que quiere el colectivo LGTBIQ+ es que se respete la identidad y la vida de quienes sobreviven bajo ese paraguas que se ve amenazado por aquellos que pretenden imponer su propio criterio en base a unas normas conservadoras. Porque no sobran siglas, simplemente falta humanidad.


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