martes, 19 de agosto de 2025

Los incendios se apagan en invierno

Me vais a perdonar que vuelva a incidir en el tema, pero la situación no deja de ser alarmante. Llevamos ya dos semanas viendo cómo el fuego arrasa con todo, dejando a personas sin hogar, a miles de animales sin hábitat, y a nuestra tierra cubierta de polvo y ceniza. Los vecinos no dan a basto, la ayuda que llega sigue siendo escasa, y los efectivos que siguen sobre el terreno están desbordados. Por si fuera poco, en mitad de este desastre no paran de sucederse los bulos sobre lo que está ocurriendo, y más aún sobre el por qué de esta situación.

Hoy sin ir más lejos he visto a bastante gente decir que los únicos que defienden el campo son los de VOX. Ese partido que en el año 2022, después del incendio de la Sierra de la Culebra, votó en contra de que se implementara durante todo el año (y no solo en verano) el plan de prevención de incendios. El mismo partido que defiende a capa y espada instalar macrogranjas en Castilla y León cuando no solo son perjudiciales para el medioambiente, si no que generan un problema directo frente a la ganadería extensiva, esa que sí ayuda a desbrozar los montes. También son ellos quienes dicen que la culpa de que los montes estén descuidados es de los "ecologetas" y de la demoníaca agenda 2030, cuando la ley de montes establece la obligatoriedad de limpiar los mismos para prevenir incendios. Son las comunidades autónomas, junto con los ayuntamientos, quienes deben gestionar esta limpieza y garantizar una actuación adecuada que no se está llevando a cabo.

No es cierto que esté prohibido limpiar los montes, de hecho es una obligación de las administraciones que por desgracia no se está cumpliendo. La Junta de Castilla y León se sigue negando a tener trabajadores activos durante todo el año realizando este tipo de tareas que son imprescindibles para la prevención de los incendios y la conservación de nuestro entorno natural. ¿Cuántos pueblos más se tienen que quemar para que se actúe en consecuencia? No harían falta tantos bomberos si quienes deben gestionar los montes lo hiciesen adecuadamente, en vez de escurrir el bulto con bulos que engañan a quienes más están sufriendo las consecuencias.

A pesar de que esta materia sea competencia autonómica el Estado también tiene parte de responsabilidad, pudiendo el ministro del interior declarar el nivel 3 de emergencia para gestionar la situación que asola nuestras provincias ahora mismo. Tanto PP como PSOE parece que son incapaces de dejar sus luchas partidistas atrás por el bien común de la ciudadanía, tensando cada vez más una cuerda que a los ciudadanos ya nos llega al cuello. No estamos en campaña electoral, nos estamos jugando la vida por salvar lo poco que nos queda. Entre quienes no quieren gestionar, y quienes aprovechan la situación para verter bulos y desinformación, nos está quedando un marco político lamentable que ojalá cambie pronto.

Ahora mismo estoy demasiado cabreado como para poder decir nada bueno. Lo único que deseo es que llegue ya la ayuda a todos los pueblos que la necesitan, y que el fuego no arrase ni una sola casa más. Mientras tanto seguid difundiendo todos los grupos de ayuda que hay activos ahora mismo, porque si no es por la gente de los pueblos ya no quedaría nada que quemar.


martes, 12 de agosto de 2025

No quieren ser héroes

Este martes 12 de agosto me es imposible concentrarme escribiendo sobre algo que no sea la terrible situación que asola a parte del país, con especial atención en los múltiples incendios activos en mi provincia (León), así como en el resto de la comunidad y en otros lugares como Galicia, Cádiz o Toledo. El actual consejero de medioambiente en la junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, consideraba hace unos años que era un despilfarro mantener el operativo contra incendios durante todo el año. Una práctica que los bomberos forestales consideran imprescindible para prevenir las decenas de incendios que se producen con mayor intensidad los meses de verano.

En 1968 se comenzaron a registrar los incendios forestales en España, algunos de los más importantes y que mayor número de hectáreas han arrasado han ocurrido en los últimos cinco años en Zamora y Ávila, concretamente entre 2021 y 2022. En ese momento Suárez-Quiñones ya era consejero de medioambiente de la comunidad y a pesar de todo el gobierno del PP y Ciudadanos (que a partir de 2022 se convirtió en el gobierno de PP y VOX) decidió seguir ignorando la cruda realidad de esta masacre y no se han implementado medidas para prevenir estos incendios durante todos los meses del año.

Por si fuera poco los trabajadores llevan tiempo denunciando falta de personal en el sector, de gente especializada, falta de formación, medios insuficientes, llegando a ponerse en peligro por falta de equipos de protección individual adecuados. En los últimos años se han cerrado torres de vigilancia, turnos de guardia maratonianos, falta de coordinación con los operarios, y unos menús escasos que en muchas ocasiones consisten solamente en un triste bocadillo y una botella de agua tras varias horas expuestos al fuego y el humo.

Mientras todo esto ocurre todavía hay quien dice que "no se puede politizar todo" cuando precisamente este tipo de cosas dependen principalmente de la política. El Partido Popular en Castilla y León lleva más de tres décadas gobernando, hacen y deshacen a su antojo (las últimas legislaturas con apoyo de otros partidos) y a pesar de la situación que cada año parece empeorar son incapaces de gestionar los incendios forestales que matan a miles de animales y ponen en riesgo a miles de personas. El mensaje que mandan es claro: no les importa lo más mínimo la biodiversidad de su territorio, y mucho menos la seguridad y la propia vida de los efectivos que no dan a basto para luchar contra incendio que podrían controlarse mejor de no ser por los continuos recortes de la junta.

Finalizo esta publicación recordando que estos trabajadores y trabajadoras no quieren que les traten como héroes, porque su actuación no debería implicar ese calificativo de valiente. Estas personas lo único que exigen es unos derechos laborales dignos que no pongan en peligro su seguridad y la de los demás. Un gobierno que desoye durante años las exigencias en materia de prevención de una parte importante de sus trabajadores es un gobierno criminal que les condena a sufrir unas condiciones a las que nadie debería enfrentarse. 



martes, 5 de agosto de 2025

5 mitos sobre el veganismo

Si te cae mal tu cuñado envíale esta publicación cuando vuelva a decirte, por quinta vez en la misma comida, que a él lo verde no le va y que mejor un buen chuletón grasiento. Hoy os traigo cinco mitos sobre el veganismo, o dicho de otro modo, cinco cuestiones básicas que ayudan a comprender lo fácil que es desinformar a la población cuando esta no se molesta lo más mínimo en estar informada. No es novedad que el veganismo es una práctica que ha sido históricamente perseguida y cuestionada, sobre todo por parte de industrias que se benefician con creces de la explotación animal. Afortunadamente cada vez son más las personas que reniegan de esos mitos y afrontan algunas nociones básicas como las siguientes.

1. Deforestación. La dieta vegana está basada en alimentos vegetales, legumbres, arroces, y demás productos de cultivo. A menudo los detractores de esta práctica suelen decir que la agricultura a nivel global está causando deforestaciones masivas y un daño gigantesco al medioambiente. Y tienen toda la razón, lo que no dicen es que alrededor del 75% de las explotaciones agrícolas son para producir alimento para el ganado. Si se redujese drásticamente el consumo de productos animales no solo se dejarían de matar miles de millones de animales cada año, sino que se conseguiría reducir la extensión de terreno destinada a la agricultura, recuperando bosques y ecosistemas enteros.

2. Los productos veganos como el seitán o la heura son más perjudiciales para la salud porque están "ultraprocesados". La heura y el seitán son alimentos compuestos principalmente por soja y gluten de trigo. Son alimentos procesados altos en proteínas y bajos en grasas saturadas, lo que les convierte en un producto más sano que la carne envasada que se vende en los supermercados, que sí está ultraprocesada y según la OMS su ingesta en exceso puede aumentar el riesgo de cáncer colorrectal. 

3. Vitamina B12 y otras proteínas. No es ningún mito que las personas que siguen una dieta rica en productos vegetales necesitan suplementos como la vitamina B12, quizá una de las que más se habla como si fuese algo peyorativo. Lo cierto es que esta vitamina es de origen bacteriano, no es algo que produzcan los animales, y tampoco es raro que personas que no son veganas necesiten también un suplemento. También ocurre con el hierro, el colesterol, y otro sinfín de falta o exceso de diferentes nutrientes que pueden obligar a una persona a modificar su dieta. Así que no, no quiere decir que los veganos tengan más falta de vitaminas y proteínas que los que no lo son, tomar suplementos es normal y natural.

4. La dieta vegana es más cara. Aquí me veo en la obligación de soltar la que durante mis años de estudios jurídicos se convirtió en mi palabra favorita, DEPENDE. Si eres aficionado al aguacate, a las frutas exóticas fuera de temporada, y a los productos ultraprocesados es probable que la cesta de la compra sea bastante cara. En cambio las legumbres (que son la principal fuente de proteínas de una dieta vegana), las frutas en temporada, las hortalizas, los arroces, las patatas o el tofu son productos muy asequibles y que suelen estar por debajo del precio medio de las carnes y los pescados. Por lo que definitivamente descartamos la idea absurda de que una dieta vegana es siempre más cara, caros son los gustos de quienes se pueden permitir caprichos habituales.

5. El veganismo es una moda alimentaria. A pesar de que el término "veganismo" fue acuñado hace ocho décadas, lo cierto es que esta práctica se ha llevado a cabo durante siglos en diferentes culturas. Obviamente va mucho más allá que la simple dieta, es una corriente ética y filosófica que pretende acabar con el maltrato animal en todos sus ámbitos, dejando no solo de asesinarles para consumo humano, sino también eliminando las torturas y prácticas que les someten a la voluntad de los humanos. Quienes ven en el veganismo una moda es porque solo conocen la parte del marketing que utilizan influencers y empresas para lucrarse de algo que a veces solo practican de cara a la galería, y muchas veces perpetuando esos mitos. Lo cierto es que a día de hoy millones de personas se adhieren a esta filosofía, bien por respeto a los animales o porque con la globalización y el aumento del consumo masificado capitalista ven en ello una solución eficaz contra el cambio climático, preservando el medioambiente y llegando a salvar ecosistemas enteros que actualmente corren un grave peligro.