martes, 24 de junio de 2025

La B no es de bizcocho

Como habréis podido comprobar durante estas últimas semanas, en junio se celebra el mes del orgullo LGTBIQ+, aunque no entiendo por qué utilizar tantas siglas si para la mayoría solo existe la G y, a veces, la L (no mucho porque la misoginia se cuela en cada rincón de esta sociedad y para algunos parece hasta grosero hablar de lesbianas). Hoy me apetece recordar la importancia de las etiquetas sobre todo para visibilizar aquello que para la mayoría pasa desapercibido, porque hay cosas que si no las nombras "no existen".

Siento aguaros la fiesta, pero la B de las siglas del colectivo no es de bizcocho, sino de bisexual, una orientación sexual que aunque no lo creáis sigue siendo invisibilizada incluso dentro del propio colectivo. A pesar del erróneo pensamiento de que esta palabra engloba intrínsecamente una orientación sexual basada en el binarismo, se ha explicado hasta la saciedad que ser bisexual es mucho más que sentir atracción hacia hombres y mujeres, también engloba a las personas no binarias, intersexuales... Esto no implica que una persona bisexual tenga que sentir atracción por todo el mundo, porque la bisexualidad puede manifestarse de varias maneras y no por ello una persona es más o menos bisexual.

Una persona bisexual tiene que repetir más de dos veces que lo es en una misma conversación para que la persona que le hace preguntas impertinentes y afirmaciones erróneas se calle. Aguantar frases como "¿pero cómo vas a ser bisexual si solo sales con chicos?", o "bueno igual solo es una fase y estás experimentando" es una agonía constante para estas personas, por lo que a veces su orientación sexual pasa desapercibida o simplemente es invisibilizada incluso por su entorno cercano. La gente tiende a polarizar absolutamente todo y no conciben la idea de que a una persona pueda atraerle un grupo de personas más amplio y diverso, y esto desemboca en una discriminación directa hacia estas personas.

La desinformación e invisibilización ha provocado durante décadas que muchas personas bisexuales se hayan visto obligadas a asumir una identidad que no les era propia, en parte porque se sentían más protegidas si la gente creía que simplemente eran heterosexuales, ocultando algo que es completamente normal y habitual. Uno de los errores más comunes que comete todo el mundo es el de asumir la orientación sexual de una persona en base a la escasa información que tenemos sobre ella, prejuzgando y dando por hecho cosas que no nos molestamos en corroborar. Si vemos a un chico con una chica ya damos por hecho que es heterosexual cuando no tendría por qué. Estamos constantemente tratando a la bisexualidad como algo que solo existe si alguien lo anuncia abiertamente y lo repite varias veces para confirmar algo que no debería importarnos pero que por desgracia si no se habla de ello no existe.

Podría poner mil y un ejemplos más de mitos sobre esta orientación sexual, como el hecho de que no te tienen que atraer personas diferentes en un mismo porcentaje (pueden gustarte más las mujeres y en menor medida los hombres, etc), que no es una maldita fase porque no es algo que se pueda elegir como el menú del día de un restaurante, que no necesitas acostarte con todo un grupo diverso de personas para saber que eres bisexual... Pero con esta breve explicación debería quedar clara la importancia de nombrar aquello de lo que no se habla, porque si no parece que no existe, y nadie debería tener potestad para negar la identidad de otra persona. Así que hasta que se normalice hablar abiertamente de todas estas realidades las etiquetas seguirán siendo necesarias para dar visibilidad a normalidades que, aunque sean diferentes a la tuya, no dejan de ser eso, normales.



1 comentario:

  1. Adoro, es que no podrias haberte explicado mejor ni haber expuesto mejor los problemas de las personas bi, lo puedes decir más alto pero no más claro. Gracias por darnos voz <3

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