Si eres de esas personas que cada 31 de diciembre hace balance (a mi personalmente siempre me sale a pagar) y se propone mejorar con la entrada del nuevo año, este artículo es para ti. El cambio de año es un acontecimiento muy importante para la gran mayoría de la población, pero no es más que la percepción psicológica que tenemos debido a la relevancia que social y culturalmente se le da a esta fecha. Así que, ¿afecta a nuestras vidas realmente el fin de año y comienzo del siguiente? La respuesta, obviamente, es no.
Pero sí que es cierto que muchas veces necesitamos un empujón externo que nos ayude a cambiar algunos hábitos, y el hecho de comenzar un año nuevo es una muy buena excusa, aunque es completamente innecesaria. Yo por ejemplo llevaba más de 2 años sin publicar nada, siempre que me proponía comenzar un blog y volver a hacer algo que me apasiona lo iba dejando. Y de repente un martes de noviembre cualquiera dije "hoy es el día". Porque no necesitamos celebrar ningún acontecimiento importante para proponernos algo (y esto os lo dice un excelente procrastinador), basta con echarle ganas y hacerlo, en vez de darle vueltas o esperar al día idóneo para actuar.
Tampoco está de más recordar que los "propósitos de año nuevo" muchas veces son ideales que no tenemos intención de cumplir, así que seamos un poco más realistas que nadie se muere por no ir al gimnasio. Cualquier día es bueno para dejar de hacer algo o empezar a hacerlo, bastante tienen algunas personas el día 1 de enero con aguantar a gente que no les agrada, o recuperarse de una noche demasiado larga. Así que os deseo un muy feliz miércoles mañana y ojalá os vaya todo bien en la vida, porque al final tener salud y ser felices es realmente el único propósito que merece siempre la pena.
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